Páginas

jueves, 10 de diciembre de 2015

El día que morí...

El día que morí...

Un día, en un momento, a mitad de una gran tormenta... comencé a morir.

He pasado mucho tiempo tratando de encontrar la forma de explicar mi muerte... Pero no te alarmes, no ese tipo de muerte, esta otra muerte de que te hablo es distinta, tenme paciencia y no te pierdas, por fin estoy lista para romper el silencio y conversar, ¿sigues ahí?.

No puedo decir con precisión cuando fue que comenzó, ahora creo que inició desde el primer momento, pero en en el tiempo preciso, cuando era necesario se agudizo... Digamos que viajaba despreocupada tratando de seguir la ruta, esa que va por el camino estrecho, ya había recorrido un buen tramo y los obstáculos no eran algo extraño, en cierta forma creía estar lista para seguir sus pasos, hasta que la tormenta arreció...

No te voy a hablar de las tormentas porque seguramente tu ya has pasado por ellas, y como yo, reconoces cuando los vientos comienzan a soplar y a sacudirlo todo, hasta el punto en el que tu vista se nubla y seguir con los sentidos se vuelve prácticamente imposible, esos momentos en los que la fe es imprescindible. En ese instante, cuando no alcanzaba a ver lo que venía delante, me desorienté y hasta creí haber perdido el rumbo; fue ahí que me enfrenté a mi más grande enemigo...

Para sorpresa mía, no era un dragón gigante con enormes colmillos, no parecía tan amenazante pero era mucho más poderoso, al principio y en medio de la confusión, yo tiraba golpes al aire, luche con todas mis fuerzas, pero nada...

Estaba cansada y debo confesar que me di por vencida, me cansé de buscar fuera lo que se encontraba dentro; en el más duro momento, levanté la mirada y en un espejo lo encontré... ¡He ahí mi enemigo!.

Hubo silencio...

No podía dar marcha atrás, había encontrado lo que estaba buscando, era cuestión de vida o muerte, tenía que tomar la decisión, mi verdadero enemigo tenía rostro y para sorpresa mía, ese rostro era demasiado familiar... En ese instante mi vista se aclaró, y comprendí lo que era necesario, y yo necesitaba morir.

Entendí que las buenas intenciones nunca son suficientes, que el auto control no es dominio propio, que para seguir por este camino es necesario ser radical, que si la muerte no es voluntaria no se puede ser discípulo, que la semilla tiene que morir para que lleve fruto y que si pierdes tu vida, entonces la hallas...

El día que morí... comencé a vivir

A veces tengo que morir muchas veces en un solo día, muero cuando decido no enojarme, cuando decido servir, cuando estoy cansada y doy un extra, cuando logro callar a mi enemiga, cuando logro amar lo que no es amable, cuando veo a mi Maestro y quiero ser más como Él...

Se llama crecer y ¡duele!.

jueves, 12 de noviembre de 2015

¿Me recuerdas?

Soy esa niña, esa, la que sólo sabe pintar, soy ella pero con unos cuantos momentos más...

Soy la que se enamoró de ti, la que se encontró en tus ojos, la que supo que no importaba nada si tu sostenías su mano...

Soy la que escribió cientos de cartas para ti, la que quiso dejarlo todo por seguirte, la que escucho tu voz en el silencio, la que te conoció...

Soy la niña que creció, he cambiado un poco, bueno, a decir verdad he cambiado más de lo que hubiera querido, el tiempo ha dejado ya sus marcas, pero sigo siendo yo...

Soy la niña que tomaste en brazos, aquella que asustada huyó, yo soy aquella que miraste y con ternura amaste, esa soy yo...

Aún ahora, después de tantos ayeres, sigo encontrándome en tus ojos,  las preguntas se han multiplicando mientras las respuestas disminuyen, lo fácil se volvió complejo, y el tiempo aceleró su paso.

Soy la que aferrada de tu mano sabe, que si se suelta esta pérdida, soy la que no sabe estar sin ti, la que te necesita, la que no conoce el camino, soy aquella que creció, pero nunca olvidó...

miércoles, 10 de junio de 2015

Hablando de Arte

Estamos hechos, indudablemente, por el mayor de los artistas. Somos una expresión única e irrepetible de Él, así que el arte está implícito en cada uno de nosotros.

Hay tantas formas de expresar el arte como pensamientos distintos hay, debiera uno bajar la voz y rebelarse al tiempo, darse la oportunidad de levantar una voz distinta y dejarnos ser... un poco más genuinos.

El arte, para mi, es como el permiso que uno mismo se da de ser auténtico, de hablar con otra voz, de gritar lo que de otra forma vamos callando, de descubrir tesoros que ni siquiera  sabíamos que estaban ahí, de encontrar en nosotros mismos las huellas del Mayor Artista...

El arte no es exclusivo de unos cuantos, pero muchos lo hemos olvidado, al igual que olvidamos nuestros sueños, olvidamos detenernos para ser y dejar de hacer... El arte es esa oportunidad de recordar, de descubrir, de experimentar, de expresarnos de otro modo, de usar esa otra voz... Es la oportunidad de hallar en nosotros mismos a Aquel que un día nos pensó...

jueves, 16 de abril de 2015

Tengo este regalo escondido, lo disfruto, pero poco lo comparto, y como no quiero quedarme con lo que de gratis tengo, hoy empece a compartir otra parte de mi... Espero la disfrutes tanto como yo!!

Siempre dibuje, desde que tengo razón, y siempre me encanto, cuando pinto, los minutos se transforman en horas, el mundo se detiene de algún modo o más bien, el mundo sigue y yo me detengo... Me gusta arrebatar del tiempo sus instantes, se los arranco como sí fueran míos... Me hago consciente, respiro profundo y continúo, agradezco lo que tengo y lo que soy... ¡Y esto es una pequeña parte de lo que soy!

Uno pinta lo que uno es...
No es lo que vez, sino como lo vez...

lunes, 19 de enero de 2015

Lo que aprendí...

Este año estuvo lleno de retos y ajustes, aprendí tanto que ni siquiera estoy consiente del todo, me sería imposible contarte con exactitud todo lo que ha sucedido, pero aquí tienes un resumen de lo que al fin entendí:

Aprendí...
Que NADA carece de propósito...
Que SOY débil...
Que mi amor NO es suficiente...
Que mientras más creo TENER la razón, más lejos me encuentro de ella...
Que necesitó CEDER el control...

Aprendí a ver la vida a través de los ojos del perdón y la compasión...
Y por último, a no desmayar...

He aquí el resumen de lo que aprendí, y cabe aclarar que no domino ninguno de estos aprendizajes, sigo tratando de entender y esforzándome para ponerlo en práctica...

Bienvenido 2015

martes, 6 de enero de 2015

Sigo estando aquí

El tiempo paso, paso en silencio, quise atraparlo entre mis manos, pero como el agua que recorre un río se diluyó entre mis dedos y sin embargo, yo sigo estando aquí.

En un momento me detuve y observe, mire las hojas del árbol moverse lentamente, mire sus ojos descubriendo el mundo y me maraville al entender que nada carece de sentido, cada momento cumple su propósito... Mi breve suspiro cobra sentido poco a poco, mientras yo sigo estando aquí.