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domingo, 23 de mayo de 2010

Charlas de sobremesa

- "Mi hijo esta entrando a la casa a robar cosas, ¿quién sabe en que anda metido?... pero ya le cerré las ventanas para que no entre y me dijeron que se está saltando por el techo del vecino....

(un papá contesta)
- Pues ábrele la ventana "para que no se vaya a lastimar" (porque de todos modos se las va a ingeniar para entrar)

El corazón de un padre siempre sorprende en sus respuestas, más que el hecho, ve el corazón, le interesa más el hijo... no justifica lo que esta mal, pero sabe que hay momentos en los que no lo puede detener, así que se asegura que mientras el hijo entra en razón se lastime lo menos posible...

Cuantas veces nos estamos dando contra la pared, duro y dale con algo que nos hace daño, y NUESTRO PADRE (contrario a lo que a veces pensamos) en vez de mirar para otro lado, nos observa detenidamente, y si estamos muy insistentes nos abre una ventana para que nos lastimemos lo menos posible de aquí a que entramos en razón...

Nuestra lógica nos dicta lo contrario, pero NUESTRO PADRE no nos presiona ni nos castiga, sabe que la consecuencia vendrá sola... Él está empecinado a no perdernos, a conquistar nuestro corazón...


Y así me sentí, "conquistada"... al verme en la posición de ese joven, a veces tan necia, haciendo las cosas del modo incorrecto y sin embargo, en medio de mi necedad, cuidada por mi Padre, amada, viendo su mano tendida hacia mi esperando a levantarme, sin juicios, sin reproches, preocupado por que me lastime lo menos posible...

Ayer pude ver en mi papá ese amor tan incondicional que es difícil de entender, ese amor que no se rinde, ese amor que va más allá de la razón... Pude ver el reflejo de mi Padre Celestial, que a pesar de vernos fallarle una y otra vez, dio la vida de su Hijo, esperando que algún día recapacitaríamos y entraríamos en razón...

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