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domingo, 8 de julio de 2007

El ANDÉN de los Milagros

Muchos esperamos… Como en un andén, algunos llevan poco tiempo, algunos llevan años y unos pocos han perdido la cuenta y ya ni siquiera saben si esperar… Pero siguen ahí, como impulsados por una fuerza invisible, esperando con esperanza o esperando sin esperar. Algunos se han subido en el tren equivocado, el de la desilusión, el del conformismo, el del engaño de que las cosas nunca cambiarán, hay tantos…

Milagros que parecen nunca llegar, milagros imposibles, cargas in-cargables, milagros que desaparecen a lo lejos, que se esfuman en la neblina de la desesperación… Pero seguimos ahí, esperando; el milagro, el que será nuestro, el que nadie nos robará, el que está hecho especialmente para nosotros… ¡esperamos!.

Pero he descubierto que los “milagros” casi nunca llegan como los “esperamos” y sin que tengamos que ir a buscarlos, no me cabe duda que hay sus excepciones, pero en la gran mayoría de los casos tenemos que dejar de “esperar” y emprender el viaje hacia lo que tanto esperamos… ¡Que contradictorio!

Tomamos nuestro corazón y nuestra fe (o lo que queda de ellos), los metemos a la maleta, nos movemos de nuestro “cómodo” lugar y a dar el primer paso, no se necesitan muchos, nos acercamos a la orilla y es ahí cuando vislumbramos a lo lejos nuestro tren (digo nuestro “milagro”). En realidad no se necesita mucho, tan solo unos cuantos pasos de fe… y de pronto llega lo que tanto esperamos… ¡PERO ESPEREN! Si eso no es lo que esperamos, no era así como lo imaginamos.

Justamente, no es como lo planeamos, pero si nos detenemos y observamos un poco podemos ver la gloria de aquel que nos los manda, más sublime, más real… Milagro no es lo que cambia la circunstancia, es lo que nos cambia por dentro, lo que nos deja ver los regalos que nos han sido otorgados, lo que cambia nuestra visión para que podamos vivir deferente, para que podamos llegar a ser más como EL lo planeó… Y si, la mayoría de las veces tampoco son como los esperamos.


A veces ante nuestros ojos, pueden pasar desapercibidos… Hoy me doy cuenta de eso y no quiero dejar pasar la oportunidad para dar gracias a Dios por cada milagro en mi vida que me ha cambiado; gracias por los dos milagros que con su sonrisa cada día me hacen recordar que existes, que eres poderoso y bueno; gracias por los otros dos milagros que nunca conocí, pero que sé, que cumplieron su propósito y que estarán grabados en mi corazón eternamente; y gracias porque ha vuelto la magia en tus ojos y la pasión de tu corazón, las palabras jamás podrían describir el milagro del que he sido testigo… Ustedes son los milagros que cada día cambian mi vida, que cada día me hacen acercarme más a Dios, son mi provisión, mi maná… los amo

1 comentario:

Anónimo dijo...

wow! que forma de ver la vida, creo que hemos ido de la mano y yo creo que cada milagro que nosostros vivimos la gente mas cercana a nosotros la vive con nosotros y es testigo de ese cambio que hemos vivido. Gracias por tu amistad y compañerismo en los momentos que mas necesito.