¡Buenas Amigas!

Que regalo tan grande, verdaderamente soy afortunada por tener tan buenas amigas... Ayer nos reunimos en una casa y a media tarde sin esperarlo ni pasarme por la mente, unas velitas acompañadas de un delicioso pastel de queso con fresa, que delicia de momento...

Momentos en los que el corazón está abierto sin temor a ser juzgado o lastimado, momentos en los que cada una puede ser tal cual, momentos de risas y una que otra lágrima, momentos de sentirse agusto... ¡Que buen tiempo entre amigas! y que privilegio de tenerlas; He aprendido tanto de cada una, antes pensaba que yo era una buena amiga, pero a su lado me doy cuenta que tengo tanto que aprender...

De mi amiga la científica, sin duda alguna es la líder, siempre tan relajada, tan confiada en Dios, tan segura de sus convicciones, detallista, aquella que siempre tiene una palabra de ánimo, una palabra de Dios, tan simpática, tan analista y tan atenta a los detalles, guardiana de muchos secretos y considerada por muchas su mejor amiga...

De mi amiga la sensible, con la que reír a carcajadas es algo fácil y cotidiano, siempre tan auténtica, tan divertida, con la que llegar al corazón es como abrir un buen libro, tan servicial, tan apasionada por Dios, siempre esforzándose por ir a más, alegre y estruendosa, sin lugar a dudas capaz de darlo todo cuando alguien lo necesite...

De mi amiga la reflexiva, no habla tanto, pero cuando lo hace, es espontánea y ocurrente, es profunda y analítica, ve más de lo que uno puede percibir a simple vista, es atenta y siempre está dispuesta a ayudar, a veces cuando habla sus palabras parecen venir del cielo, y es tan sencilla y sutil, siempre escucha y se sabe ganar el corazón...

Ninguna de ellas aparenta nada, me encanta que son tal cual, sin doblez; cada una con una faceta distinta de Dios, estoy agradecida por considerarlas y que me consideren su amiga, son verdaderamente un regalo del cielo.