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martes, 27 de octubre de 2009

Mis Raíces



No pienso en esto muy a menudo porque la distancia me dificulta las cosas, sin embargo está implícito en mi, como un sello, como una marca que me identifica, llevo en mi misma las huellas de sus manos y de sus corazones…

Ahora, a la distancia, los valoro más y añoro los tiempos en los que en unos cuantos minutos cruzaba la puerta de la casa que me vio crecer, sin anuncios ni permisos, como cuando llegas al lugar donde te esperan. No lo menciono por no causar en ellos algún dolor que de ninguna forma está justificado, porque apoyo su decisión de volar lejos, de la cual estoy orgullosa y satisfecha.

Mis tan amados padres… mi mami… mi papi… mis más fervientes admiradores y cómplices, se que me aman aunque no lo digan con palabras, se que me apoyan aunque no siempre estén de acuerdo, se que me extrañan aunque no lo mencionan, se que quisieran que estuviera allá aunque me apoyan para establecerme acá, se que siempre cuento con ustedes incondicionalmente, se que están cerca aunque nos separan cientos de kilómetros…

De alguna forma se que desde el día que nací hubo un lazo especial, Dios no se equivoca, y por alguna razón que desconozco pero agradezco, Él me colocó dentro de una hermosa familia, para nada perfecta y tal vez un poco disfuncional, pero muy feliz.

Soy privilegiada de tener un padre al que admiro tanto, sin perder la objetividad y conciente de sus faltas, es más lo que me ha dado que lo que me ha faltado, un ejemplo sin lugar a dudas, recto, honorable, perseverante, ordenado, tenaz y sobre todo amante de su familia. Papi, como disfruto cuando salimos a algún lado y tu estás allí, muchas veces en silencio, observando y disfrutando, sobretodo cuando estamos todos juntos, enseñándome en la vida las cosas importantes, más que palabras, hechos. He aprendido a leerte entre líneas, se que no te es fácil expresar tus sentimientos, que para ti un te amo se expresa en viajar todo un día para venir a vernos, se que darías todo por nosotros sin pensarlo, aún tu propia vida, que estás orgulloso de mi, que construyes bastidores para hacerme saber que te gusta como pinto, que enmarcas mis cartas para que sepa lo importantes que son para ti, se que respetas mis ideas aunque no siempre comulgues con ellas, se que te esfuerzas por ser mejor para cada uno de nosotros, se que a veces quisieras decir más y que no puedes, se que así eres tu y yo te amo, como tu me enseñaste sin reprocharme lo que soy.

Una mujer que todavía no se da cuenta de los tesoros que hay en ella, esa es mi mamá, una mujer que aún cansada nunca deja de dar, que siempre se preocupa por los demás, que ha aprendido de la manera más práctica el amor de Dios, que da y da y sigue dando, aunque no siempre es recompensada. Mi defensora, mi eterna cuidadora, recuerdo esas noches en las que iba contigo porque tenía miedo, no hubo una sola vez en la que regresara sola a mi cama, siempre tomabas tu Biblia, orabas por mi y me acompañabas hasta que me dormía nuevamente, hoy más que nunca, ¡no lo entiendo!… todavía me falta mucho para lograr eso con mis hijos. Mi fiel amiga, mi ejemplo a seguir, mi mayor porrista, enseñándome a ver lo mejor de mi, como deseo mami, que mis hijos cuando crezcan sientan por mi lo que yo siento por ti… Me faltan palabras para expresar las marcas tan profundas que has dejado en mi, pero creo que la mayor y mejor herencia es tu fe, la fe que nos une y nos hace fuertes, que nos sostiene y guía nuestras vidas, que nos hace estar contentas aunque la distancia pesa… Nuestra confianza en Dios, de saber que Él tiene control de todo y que al final celebraremos juntas en su presencia.

Éstas son mis raíces, las que Dios me dio, las que me sembraron en Él, las que me anclaron firme en la roca, las que extraño en silencio cada día, las que no son perfectas, como no es perfecta la vida… pero que al mismo tiempo fueron el lugar perfecto en el que Dios inició la aventura de mi vida.

1 comentario:

ROMO dijo...

ESO! ESO!


(DEL CHAVO DEL 8)